miércoles, 28 de diciembre de 2011 2 comentarios

Un bonito sueño

Cuando no se sabe por donde comenzar, siempre pienso que hay que hay que empezar por el principio... Pero a veces la memoria te juega malas pasadas y lo único que recuerdas de la otra persona es su sonrisa, sus ojos, su voz, sus manos, su presencia... haciéndote olvidar cómo os conocistéis, cómo fuisteis creciendo juntos, cómo cambiaron vuestras vidas juntos. Quizás porque nada tiene importancia, salvo que la otra persona existe, que está ahí y que podéis soñar juntos.

Desconozco el momento en que comprendí que no podía vivir sin ti, desconozco la hora en que supe que eras distinta, desconozco el minuto en que entendí que nada importaba, salvo tú. No sé cuándo me atreví a confirmar mis sentimientos, todavía tiemblo al pensar en lo que estoy haciendo y aún no sé cómo afrontarlo. No sé qué significa siempre, pero me gustaría conocerlo contigo; no sé qué significa amor, porque cada día que paso contigo conozco una nueva acepción...

En ocasiones pienso que estar solo hubiera sido lo mejor, porque entonces no tendría miedo a perderte. También pienso que quizás no sea bueno dar otro paso más, porque no sé qué pasará en el futuro y lo que más me molestaría es pasar tiempo sin disfrutar de tu voz; sabiendo que he podido hacerte el daño que antes te ayudaba a curar. Pero es entonces cuando pienso que sería injusto para mi corazón y para el tuyo no ser sincero y seguir mintiéndome, seguir diciendo que no, que es mejor seguir caminando sobre el agua que zambullirme y bucear en tu busca.

Y ahogarme en tus silencios, en tus anhelos, en tus malestares que intentar atravesar el hielo que se forma cuando alguien te hiere. Alcanzarte para salvarte, no sólo ser tus alas, sino también tu guía, tu norte y parte de tu destino.

Ya no ser como un pájaro que vuela junto a la estrella, sino ser parte de su fuego, de esa luz que ilumina al mundo entero... a nuestro mundo.

Ser el ángel que por la noche te resguarde entre sus brazos y te cubra del frío con sus alas.
Y que tú seas la persona a la que debo proteger incluso de mí mismo... La persona a la que amar con cada latido de un corazón que vuelve a latir por alguien.

Muchos se reirán de la palabra amor, pero para mí es la palabra más importante del mundo... y no puedo averiguarlo solo, así que ven... porque quiero que lo comprobemos juntos


Como dos estrellas en el cielo, de quien la luna tenga envidia; como dos ángeles surcando el aire, de quien los pájaros canten alegorías; como dos amantes, que se entreguen al sueño de una noche de verano... y de otoño, y de primavera, y de invierno... Un sueño del que no despertemos, que no se torne en pesadilla y que no se olvide.

He buscado en el cielo,
en la tierra, en el océano,
y hasta en tu pelo.


He viajado lejos buscando
algo que sentía perdido
y que venía anhelando.

En la noche soñé con ella,
buscando su luz bella
en el horizonte de la ciudadela.

Hasta descubrir que mi meta
siempre había estado cerca,
tan cerca como lo estaba la Estrella.


Porque a veces cuesta más poner Te quiero que cientos de carácteres para describir algo que me convencí no se podía describir. Porque se han escrito miles de palabras para hablar de amor y siempre siento que ninguno tiene razón. Porque no hay nada que hable de nosotros dos salvo todo lo que nosotros queramos que hable.

Porque tú y yo podemos forjar un nuevo camino, cruzando aquellos que durante tanto tiempo fueron paralelos en uno solo...

Por eso te pregunto: ¿Quieres venir conmigo a cruzar esos mares de tempestad, a caminar senderos que nadie conoce, a comenzar algo de lo que conozcamos el principio pero no el final, a vivir juntos... compartiendo la mitad de tu vida conmigo y yo la mitad de la mía contigo?



viernes, 16 de diciembre de 2011 1 comentarios

Definiendo imposibles

Es la ignorancia, es la pesadumbre, es el silencio de los ilusos, es la miel en los labios, es la palabra mal dicha, es el sí que es no, es el no que se escondió, es do, es si bemol, es misterio o acertijo, es menosprecio, es alteración, es un error o un acierto, es correspondido, es alérgico, es un dolor o es la sanación, es un camino, un sendero o un río; es hoy, es ayer, será mañana o será después. Es viento, aire, fuego y agua, es tierra o metal, es aliento, es un beso, es una flor, es letra, es abecedario, es Roma, es París, es Santiago o Finisterra, es un nombre o un apellido, es un amanecer, es un atardecer; es un punto o una coma, es un libro, un marcapáginas, un peluche de la estantería, una libreta medio escrita, una pinza en el escritorio, un lapiz sin punta, un despertador roto, una cámara, una cinta, una pantalla blanca, un disco virgen, unos auriculares, una canción, unas pilas, una cámara, una foto. Es un corazón roto, es un cerebro sin ojos, es un estómago turbulento o unas mariposas sueltas. Es un reloj ahogado, unas manecillas que marcan la fatal hora, es un bolígrafo sin tinta, un cinturón tirado, una cama sin hacer, una almohada doblada, una insípida botella, una maleta abierta, alguien desaparecido, un aire fresco, una gota de agua que cae y cae... Es un perfume que no se olvida, una guillotina que corta sus cartas, es la habitación vacía que dejó tras marcharse.

Es la enumeración de los días que pasan sin que nada cambie. La enumeración de cosas que al ver recuerdos me traen, que como jueces de olvidos hablan.

Es nostalgia, es descripción, es olvido, es recuerdo. Es todo lo que escribí y todo lo que lei de ti. 

Es, posiblemente, una bendición y una maldición.

Lo llaman amor.


martes, 13 de diciembre de 2011 1 comentarios

Fragilidad de la eternidad

Fría, distante, ajena a su alrededor alborotado, como sombra que se alarga oscura entre el verde que crece entre nosotros. Escondida entre las arrugas de su rostro, a cada marca un año y a cada año, un siglo. Con las manos toca el cielo, que le parece más cercano que una vida plagada de recuerdos que se apagan con cada atardecer. Hoy sigue siendo como ayer y ayer como la eternidad, nada ha cambiado para ella salvo el silencio que ya no la habita.

Y cuando la miro sólo recuerdo todos los ocasos que compartí con ella y con la que me enamoré de ti.


sábado, 10 de diciembre de 2011 1 comentarios

Por si no me conocías

Cuando miraba a su alrededor sólo veía recuerdos, tristes o alegres, pero recuerdos de otros tiempos pasados. Era el lugar donde había lo había vivido todo, desde sus mejores risas hastas sus peores lágrimas. Allí aprendió a sufrir y también a levantarse. Allí quedaban marcados entre antiguos regalos las relaciones que se olvidaron en el insípido y mal nombrado odio. Cierra los ojos y piensa que en otro lugar, a 90 kms de donde está, no hay recuerdos tan profundos que se claven dentro de él. 

¿Por qué se le hace tan fácil vivir solo y tan lejos de casa? Porque allí donde está puede comenzar una nueva vida: ya no ser quien fue sino quien quiere ser. Sin fundamentos, sin apariencias.

Vive la realidad de querer saber donde está y mantenerse siendo quien es. Se sorprende de que al volver a casa, todo sea distinto y, a la vez, tan semejante. Reencontrarse con viejos conocidos tiene ahora un cariz distinto, aunque en verdad apenas los viera antes, ahora cuando los ve la experiencia se nota distinta, como si todo hubiera cambiado, cuando sólo son sus ojos los que se endurecieron con la vida. Pero en el fondo, él se nota igual.



Él, que se creó una barrera de insensiblidad tras todas las derrotas que sufrió, espera un tiempo mejor que vendrá, disfruta, porque no está triste, porque ya no va a estar triste. No quiere dar más de lo que en verdad da y está fingiendo que no le importa, cuando sí lo hace. Porque no sabe definir donde están los límites y se pierde entre los pensamientos de los demás. Él, es peor que las sombras que mienten, porque al menos las sombras expresan lo que quieren. Él, se defiende de los argumentos queriendo decir que no es así: dejadlo en paz, él tomó sus decisiones y no tiene que ser como los demás.

No le gusta salir, no le gusta vivir así. Prefiere un café por la tarde que una copa en la noche. Unas cuerdas de guitarra que la música de una discoteca. Una partida de billar que una partida de a ver quien bebe más. Le gustaría bailar, pero hace tiempo que se volvió tímido y vuelve a pensar... que en otro tiempo nada fue igual.

Él, es un manazas al cuadrado, no sabe exactamente qué quieren los demás e intenta hacer lo que puede, se equivoca y vuelve a errar, le faltan explicaciones y se calla. Se calla porque él es así. A él le han dado cientos de oportunidades de tener otras vidas... pero él decidió no aceptar ninguna. Se mantiene fiel a su idea y sabe que así es feliz, porque él no encontrará la alegría en la marcha de un bar, sino en las conversaciones de paseos cerca del mar... o por rincones desde donde se vea la ciudad.

Y lo peor es que los demás juzgan sobre él. Piensan que pobre, no sabe vivir la vida, pobre, que se preocupa por los demás así porque sí, que se dedica a buscarse ocupaciones, ¿para qué? Para nada.
 
Él no piensa que algo pueda ser o no importante, sólo piensa que para la otra persona lo es, y si le preocupa, ¿qué más dará si es o no importante para él? Lo peor es el silencio y la distancia cuando él busca colaborar. Es cierto que a veces no entenderá, no comprenderá, pero se cansa, se cansa de que le den vueltas y entonces decide cortar, apagar, dormir y esperar... Siempre esperar a que llegue la calma.

Él es feliz así. Muchos dirán que pobre iluso, que verá su vida pasar sin disfrutar de lo que muchos han hecho, han bebido y han tenido. Pero él sólo se encogerá de hombros, sonreirá y contará un chiste malo que sólo él entenderá. No le importa.

Nunca le importó que los demás pensaran éso de él.

Él sigue esperando. Sigue parado en la estación, recordando los trenes que pasaron y las ocasiones en que se marcharon.

Dicen que en su vida no pasa nada... pero a él le da vertigo pensar en todo lo que ha pasado.


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¿Cómo llegamos aquí?

Nunca he sentido la necesidad de explicarme, simplemente estaba allí en el preciso momento en que debía estar. Quizás un poco más pronto y un poco más tarde, pero en el instante justo. Y si tuviera que olvidar algunos de esos fragmentos, preferiría morir, pues sin esos recuerdos dejaría de ser quien he llegado a ser.
En ese camino encontré luces y sombras. Alas y fuego. Fango y tierra. Me perdí entre los senderos donde hallaría lo que nunca esperé. Y en ese camino, me detuve y dirigí la vista atrás.

En la frontera entre todo lo que me había pasado y todo lo que me estaba a punto de pasar.
En una frontera olvidada.

En esta frontera.

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